
- Si le quitas sus finos vestidos rojos, quedará solo un enclenque pequeñoburgués desahuciado
¿Acaso tú podrás juzgarme
por tan compacta frase?
Si a él, glorioso gladiador, lo metes en tu nariz no será más que el recuerdo de un niño rico fascinado por un diario, un cassette y una campera; como lo es para mí. Pero tú, niño inocente, no ves más que la pila de períodicos amarillentos que robo su sonrisa. Largas arengas de mp3 sin barba, ni morral, ni morro atravesado en su piel. Ya no importa, ni para mi ni para ti. Solo es una excusa para no regresar.
¿Acaso tú podrás condenar mi visión?
Sombras de tics nerviosos. Un traidor adorado en bronce líquido. Pasillos murmurando por temor. Y ya no importa. Un grano más, un engranaje más...camina y te atrapa para liberarte y poder volar.
0 comentarios:
Publicar un comentario