El vuelo del tucán

Desde que hace unos años, durante un recital de los Rolling stones, un joven se tiró desde las alturas al grito de "Quiero volar como un tucán", mi cabeza repite ese deseo con insistencia. Repiquetea como un grito de guerra implacable, fatalista. Y a días de cumplirse cuarenta años de la muerte de Che, se me presentan también implacables, fatalistas, la manecillas del reloj. Entre uno y otro ajuar mortuorio se dibujaron, como los dibujos sin terminar de la vieja croniquita, esperanzas de varias generaciones que ni siquiera podrían elegir en alguna tienda de ropa la remera más sucia. Vallejo escribió:

Un libro quedó al borde de su cintura muerta,
un libro retoñaba de su cadáver muerto.
Se llevaron al héroe,
y córporea y aciaga entró en su boca en
nuestro aliento;
sudamos todos, el ombligo a cuestas;
caminantes las lunas me seguían;
también sudaba de tristeza el muerto.
El reloj se ha divorciado del espacio sideral. A borbotones viudas, amantes y consortes amagan con preparar el café con leche. Las tentaciones no son más que guaymallén vencidos. Otra vez el bombardeo me distrajo. Mi viejo recurso viene entonces de un viejo bar:
Humedad... llovizna y frio; mi aliento
empaña el vidrio azul del viejo bar.
No me pregunten si hace mucho que la espero,
un cafe que ya esta frío y hace varios ceniceros.
Aunque se que nunca llega, siempre
que llueve voy corriendo hasta el café
y solo cuento con la compañia de un gato
que al cordon de mi zapato lo destroza con placer.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tal vez compartan conmigo la sensación de incertidumbre permanente que se agudiza a medida que se precipitan los hechos de la realidad argentina y mundial, y creo que este texto lo expresa muy bien. Por lo menos es lo que me hace sentir. Es probablemente lo que sentía ese chico al arrojarse al vacio, la necesidad de ACTUAR, de saldar de alguna manera esa certeza de que todo se va a la mierda.

Mente sin recuerdos dijo...

Demasiado complicado este devenir del mundo, a veces quisiera que no se inundara de desesperanza, en un tiempo hasta que las revoluciones parecieran obsoletas, un tipo de condicon necesaria que los jovenes olvidan cundo tienen un puesto en gobernación (asi se llama en Mexico, no si aplica para todo el mundo)la situación da miedo, parece ciclica, sin respuestas.

Buen escrito, esta es mi primera vez y espero que no sea la última.

Javier Defox dijo...

Mente sin recuerdos, mujer u hombre de quien desconozco el nombre y quisiera saber... desde Tenochtitlan hasta el Faro del fin del mundo, la desesperanza recorre cada rincón de la mano de la esperanza, ¡y no cualquiera!, sino barbuda, iracunda y heroica. ¿Acaso Oaxaca no se te presenta como un aliento y sudor de cambio? Muchos desde aquí lo vimos y vemos así.
Gracias por alentarme seguir creando baches en la ciudad.